Amigo Victor

Hemos despedido en este año a uno de los fundadores de nuestro proyecto, miembro de la directiva y presidente durante unos años. Un amigo, un hermano, un compañero, una buena persona. Me gustaría poder encontrar las palabras más adecuadas, aquellas capaces de encerrar en ellas todo el dolor que nos produce tu pérdida, toda la admiración que emana de tu figura, todo el cariño que nos deja tu recuerdo y toda la gratitud al Dios de la Vida por haberte puesto en nuestro camino.

Me siento un privilegiado por haberte tenido cerca. Juntos hemos aprendido, desaprendido y reaprendido en múltiples ocasiones.

Fuiste un buen Marista, gran maestro, excelente padre y marido, genial compañero y muy buen amigo.

Sensible, creativo, inteligente, ameno, preparado, estabas siempre y en casi todo. Fundaste Promonumenta que ha tenido y tiene una bonita función, cuidando del patrimonio en tu querido León. Fuiste su Presidente durante muchos años y en la actualidad dirigías su revista.

También fundaste la Coral Gregoriana del Cister de Sandoval (2005), de canto gregoriano, con el fin de ayudar en la reactivación del Monasterio, que junto con la historia y León eran tus grandes pasiones.

Creo sinceramente que los leoneses estamos en deuda contigo y algún día te haremos Leonés de cualquier año, o veremos tu nombre escrito en alguna calle, plaza o paraje donde tus amigos podamos ir a recordarte.

Tenías calidad y calidez, buscabas la verdad y la bondad, peleabas por la justicia y la paz, el conocimiento te apasionaba, valorabas la amistad y asumías los compromisos.

Conocerte fue un privilegio, ser tu compañero en distintos frentes un regalo, asistir a tus charlas un placer, participar en tus excursiones una maravilla y tenerte por amigo un lujo. Juntos practicamos verbos importantes tales como: analizar sintetizar, participar, trabajar, valorar, escuchar y respetar.

Nos quedan tus recuerdos, tus escritos, tus charlas, tus palabras y la compañía y cariño de los tuyos.

Que la Virgen Santa María, San Marcelo, San Isidoro y San Marcelino te acompañen en esta tu nueva singladura.

Adiós querido Víctor, adiós maestro, adiós hermano, adiós gran hombre y hasta siempre amigo.

José García García

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Mis queridos Andrés y Pepe y amigos de ALIN, me acaba de comunicar Poli, la muerte de nuestro querido y valioso Víctor Manuel. Me produce mucho dolor y siento en el alma que esa excelente persona que era Víctor Manuel, nos haya dejado. En estos momentos solo tengo sentimientos de dolor y de esperanza, de dolor por su muerte y de esperanza porque una persona como Víctor Manuel, con todo lo que sembró en la vida, tiene que resucitar y encontrarse con el VIVIENTE, el Resucitado Jesús. Nos duele despedir a una persona tan significativa como Víctor, pero también agradecemos a Dios por el don y regalo que ha sido Víctor para su esposa María Luisa, sus hijos Silvia, Beatriz y Víctor y muy especialmente para toda la familia de ALIN, donde todos experimentamos su bondad, profesionalidad y entrega.

Quiero que le hagáis llegar a María Luisa su esposa el sentido pésame de Proyecto Hombres Nuevos y también el agradecimiento, cariño y amistad, que tenemos con su esposo Víctor Manuel. Es una pérdida irreparable, nosotros ofrecemos la Eucaristía por él, aquí en la Fraternidad Hombres Nuevos y siempre le tendremos presente en nuestra oración de la mañana, del medio día y de la noche. Me deja muy triste la noticia de la muerte de nuestro querido Víctor Manuel y me llena de orgullo haber disfrutado de su amistad y solidaridad con los pobres de Bolivia.

Recordamos y encomendamos a nuestro querido Víctor para que el Señor le tenga ya en el gozo y la paz del Reino.

Con saludos para toda la familia de ALIN, me despido con un fuerte abrazo.

Nicolás Castellanos Franco

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Elegía:

Yo soy la brisa y el viento en valles y montañas,

y en las aves soy la libertad prendida en sus alas.

Ya soy del mar la fuerza de sus olas

que bravías, besan la arena y mueren solas.

Ya soy la luz del alba en los campos,

y el color cobrizo del sol en su caso.

 

Por eso…, ¡No estoy ahí, no he muerto…!

Ya soy la estrella que brilla en el firmamento,

y luna nueva que ilumina la oscuridad de tu tormento.

Ya soy la catedral, el puente y el camino,

y la ermita, el monasterio y el castillo.

Ya soy la palabra, el canto y la oración;

donde el silencio se rompe, nace una flor.

 

Ya soy, en fin, la tierra y el fuego,

y la semilla de trigo y el niño en el juego.

Ya soy, el que siempre fui:

vida y camino, soledad y fiesta, mar y delfín.

¡No! No busques mi tumba y no me llores,

pues ya vivo en el agua, en la tierra, en el viento…

Y, también, en tu corazón y en tu recuerdo.

 

Rafael González Martínez