El Coronavirus 19

Y en este año 2020, el desgraciado protagonista ha sido el Covid 19. Una pandemia como las de antaño, de esas que tienen un profundo impacto en las sociedades en las que se asoman.

Los seres humanos no nos cansamos de pedir, pedimos sobre todo salud y larga vida para todos los nuestros. Llegamos a una vida media de 85 años y nos parecen pocos, al Universo le pedimos mantenga a galaxias, estrellas, astros, planetas y cometas en sus respectivas órbitas.

Pedimos a la Naturaleza la luz y el calor del sol, la lluvia a su tiempo. Pedimos sin parar, somos largos en pedir y algo cortos en el dar. Queremos que la naturaleza nos cuide y sin embargo no solemos cuidarla…

Llevamos mucho tiempo cuidando poco de nuestro planeta, baste citar, los continuos ataques a la biosfera, la contaminación, los incendios, la inundación de plásticos en nuestros mares, la destrucción de la capa de ozono y mil perrerías más. Posiblemente tengamos una tendencia a ver la tierra como algo estático, como una herencia de los que fueron para que la disfrutemos, más que como algo dinámico, que cambia, como un préstamo de los que vendrán para ser cuidada.

Da la sensación que no deja de haber en toda esta situación del Covid una cierta justicia poética, un recordatorio de la fragilidad de la existencia, de la importancia del entorno, de los valores olvidados en aras de poseer más y más, de la inevitable sumisión a unos principios consumistas que pueden arrastrarnos a sensaciones alienantes, de la polarización y del exacerbado maniqueísmo dualista imperante… Igual no se trata del bien y del mal, de quiénes son los buenos y los malos, sino de acciones que sumen, que ayuden, que construyan, que cuiden, que protejan…

Ahora podemos encontramos abatidos, algo asustados, temerosos… Nuestras ciudades antes llenas de vida han estado extrañamente vacías, parecen postales vistas desde nuestras ventanas, están solitarias, limpias y tristes.

Confinados, hemos asistido a distintos cursos muy intensivos. Primeramente, un curso de nuevas formas de relación, después de más de más de 1.600 horas confinados, donde los medios digitales se han tornado el primer, y a veces único, recurso relacional. Seguidamente otro de Psicología Social en el que evaluamos posibles consecuencias de esta pandemia y del confinamiento. Cómo la expresión mal de muchos, consuelo de tontos, esconde una verdad social, que mi malestar está influido en gran medida por mis semejantes, y no es lo mismo estar en casa solo, aislado y a salvo a que todos estemos en casa aislados y a salvo. También un máster presencial sobre el miedo, todos hemos sentido cercano un peligro invisible. El miedo que es sano en cuanto a que nos avisa del peligro, pero que en exceso es un primo de la ansiedad y la preocupación, que nos pueden dificultar el día a día.

Y sin embargo, aquí estamos. Hemos emergido del caparazón, de nuestros refugios, y aunque hemos visto y oído muchas noticias negativas, mucha tensión e incluso conflicto, me gustaría resaltar lo que no se habla tanto, esto es, la entrega, la ayuda, la solidaridad, la calma, el respeto…Mi visión de esta crisis es la de una sociedad madura, más allá de las continuas pullas y tiras y aflojas de la clase política, de los periodistas, de la televisión… Es la España del personal sanitario, de la policía, de los aplausos que llegaban a hogares donde había soledad, de los policías felicitando el cumpleaños a los niños confinados, de los vecinos, de los trabajadores que estaban al pie del cañón en unos tiempos de incertidumbre…

Cada mañana es una buena noticia, la salida del sol es una buena noticia, cada rosa que se abre y nos enseña su belleza y nos regala su perfume es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada artista que surge, es un soldado menos y por ello una buena noticia, y este nuestro encuentro de hoy, en la distancia física, pero muy cerca en los afectos, es con toda seguridad, otra buena noticia.

Desde aquí deseamos que el Covid sirva a las sociedades para aumentar su responsabilidad, su compromiso, la solidaridad y la hermandad entre los pueblos, pues todos somos seres humanos, y por ende, hermanos y compañeros.

Pepe